miércoles, 15 de junio de 2011

Entrevista a Javier Calvo y Adrián Rodríguez en Shangay express

Javier Calvo y Adrián Rodríguez redescubren Madrid


Javier es de Las Rozas; Adrián, de Cornellà de Llobregat. Juntos han vivido ya muchas experiencias en Madrid, tanto rodando Física o Química como en sus ratos de ocio. Ahora que dicen adiós a la serie en la que han interpretado a una pareja que ha conquistado a millones de espectadores, les acompañamos en un día libre a descubrir los espacios más llamativos recién inaugurados en el centro de la capital, Madrid Río y el Mercado de San Antón.

Nuestra cita con Adrián y Javier se produce días después de que el antepenúltimo capítulo de Física o Química, emitida en Antena 3, sorprendiera con un estupendo e inesperado dato de audiencia, dada su media habitual en su séptima -y última- temporada. ¿El motivo? La trágica muerte de Fer, el personaje que ha interpretado Javier desde que la serie se estrenara en octubre de 2008. Una masacre provocada por un estudiante desequilibrado del instituto Zurbarán rompió para siempre la pareja a la que han dado vida Adrián Rodríguez (David en la serie) y Javier (Fer) en los últimos dos años. La suya es la relación que más ha dado que hablar de todas las propuestas por la serie a lo largo de su emisión, incluso se ha convertido en un referente para muchos adolescentes homosexuales que han agradecido la normalidad con la que se han mostrado sus idas y venidas en la ficción.
Javier y Adrián son los primeros que aún no se han repuesto del shock de ver cómo su relación en la serie no tendrá continuidad. Incluso se les hace raro hablar de la serie en pasado, porque el rodaje está prácticamente finalizado. Para Javier han sido cuatro años de intenso trabajo; para Adrián, la mitad. El tiempo que han coincidido lo han pasado sin despegarse, y encantados. Cuatro temporadas de ficción y dos años reales en que Madrid se ha convertido en escenario privilegiado de sus vivencias.

JAVIER CALVO: Madrid es muy importante para los dos, ha sido fundamental en toda la experiencia de Física o Química. Adrián se vino de Barcelona y se instaló aquí, y yo, que soy de Las Rozas, y aún sigo viviendo allí (aunque tengo unas ganas tremendas de independizarme), empecé a conocer toda la magia del centro de Madrid a raíz de la serie. Coges autobuses y taxis para quedar con los compañeros y vas descubriendo un montón de rincones y de sitios. Rodamos muchos exteriores en la plaza Vázquez de Mella y también en Rosales. Ahora lo que quiero es irme a Malasaña o a La Latina a vivir. Para mí Madrid es la ciudad perfecta.

ADRIÁN RODRÍGUEZ: A mí me ha costado cogerle el punto. Me vine a los veinte, y es ahora [a los veintidós] cuando ya lo llevo mejor. Bueno, algo de desorden sigue habiendo en mi cocina, no me termino de acostumbrar... Ni al tráfico, me chupa la energía tanto estrés. Aunque a la vez me encanta que Madrid sea una ciudad con tanto movimiento a cualquier hora del día. A mí, que me gusta tan poco madrugar, me alucina que un lunes por la mañana, antes de las doce del mediodía, haya tanto lío en las calles.
Javier: Y me encanta que, siendo una capital, parezca un enorme barrio, donde es fácil encontrarte con la gente que conoces. Al final tienes la sensación de que estamos todos en los mismos sitios.

Adrián Rodríguez llegó a Física o Química para hacer una breve colaboración con un personaje capitular, David. Poco a poco, la trama de su relación com Fer fue cobrando mayor protagonismo, y David pasó a ser un personaje fijo más. "Menudas historias hemos tenido a lo largo de todo este tiempo", recuerda Adrián. "Nos ha pasado de todo, madre mía. Y nos han puesto a prueba a todos los niveles. Porque cada uno tiene su carácter, pasábamos muchas horas trabajando...". Javier solo ve el lado positivo de lo que apunta su compañero. "Ya echo de menos el vivir prácticamente en el plató. Formábamos una gran familia, y para mí era como estar en casa cuando estábamos grabando". Sabe de lo que habla, porque Javier Calvo realmente se ha criado en Física o Química. "Empecé los ensayos con quince años, he vivido mi adolescencia en la serie". Adrián vivió algo similar cuando, con diecisiete años, entró a formar parte del equipo de otra serie de éxito, Los Serrano.

S.E: ¿Cómo hace uno para no volverse loco cuando la popularidad le llega tan joven?
Adrián: Lo fundamental fue que mi familia y mi gente me siguiera tratando igual que siempre. Me hicieron ver que esto es un trabajo como cualquier otro, y que no por ser popular eres más o menos. Me crié en un barrio obrero normal y nunca he ido de nada.
Javier: Hay que tener claro que si la popularidad se te sube a la cabeza y te vuelves estúpido, te vas a comer los mocos.

UNA PAREJA ‘MÍTICA'
La relación de Fer y David ha dado mucho de sí a lo largo de la historia de Física o Química. Romántica en ocasiones, dramática en otras, delirante en algunas, intensa siempre. "Me encanta eso que dicen, que es la relación más mítica del Zurbarán", apunta Adrián sonriendo. "Con sus más y sus menos, pero ha llegado hasta el final". Javier continúa. "Que tengamos tanta confianza y que seamos tan amigos se ha notado. Confié mucho en Adrián desde el principio, aunque apenas nos conociéramos". Ellos son los primeros que han llorado lo suyo al ver que su amor en la ficción no se coronaba con boda, tal y como parecía que sería. "Debíamos haber rodado dos finales, como en Sin tetas no hay paraíso, la muerte y la boda", bromea Javier. "Pero no fue así. Y nunca se me olvidará cómo, después de rodar la secuencia de mi muerte, Adrián seguía llorando y no había quien le parara". El susodicho asiente. "Me metí tanto en la historia que lo pasé muy mal. ¡Yo quería que los personajes se casaran, hombre! Un final feliz hubiera molado". Javier se arranca de nuevo: "Es significativo que lo pasáramos mal cuando sufrían nuestros personajes. Y eso que yo soy un poquito más masoquista, y me gustaba que Fer sufriera".
S.E: ¿Os ha influido en algún momento la presión ejercida por blogueros y fans de la serie que criticaban cada nuevo giro de vuestra historia?
Javier: Es que la gente opinaba de cosas que no dependían de nosotros, sino de los guionistas. Sí notábamos la responsabilidad al leer los comentarios de toda esa gente que ha dicho que Fer les ha cambiado la vida, que nuestra historia les ha animado a luchar cada día para que les respetaran. Me encanta que haya tantos fans de la pareja, que se hacen llamar ‘fervidistas'.
Adrián: Cada vez que teníamos que grabar una secuencia bonita y superimportante, Javi me decía: "Venga, vamos a hacerlo bien, que esta aparecerá en las recopilaciones de momentos guays que cuelgan los fervidistas en YouTube". Y nunca fallaba, cuando mirábamos en YouTube siempre estaban las que él decía.
Javier: Estoy deseando ver los recopilatorios que monten una vez haya terminado la serie. Servirán para mitificar aún más esa relación.

S.E: ¿Incluso las recopilaciones de momentos de exhibicionismo gratuito los disfrutáis?
Javier: No tienen mayor importancia. Y eso que Adrián es mucho menos pudoroso que yo. Pero si tengo que salir desnudo en cualquier trabajo, lo hago sin problema.
Adrián: ¡A mí me han hecho quitarme lo más grande! Y tampoco me importa que esté todo ahí para quien quiera verlo, así queda para el recuerdo [risas].
S.E: La muerte de Fer ha suscitado todo tipo de comentarios. Los más críticos se quejan de que, una vez más, el personaje gay de una serie termina por ser un mártir...
Javier: Sabíamos que mucha gente se iba a enfadar. A mí, egoístamente, me apetecía interpretar su muerte, y también pensaba que al morir se convertiría en el personaje más recordado. Además, Física o Química arrancó en su día con la muerte del gran amor de Fer en ese momento, y termina con Fer soltando un monólogo dedicado al amor de su vida antes de morir. Era una buena manera de cerrar el círculo. Entiendo las críticas que han aparecido, aunque me gustaría que la gente se diera cuenta de que Fer ha sido tratado desde el primer día como un personaje más. No era cuestión de "vamos a matar al gay", sino de que iba a morir un personaje muy querido, y había que preparar un final grande para él. Que fuese gay era simplemente una característica más, y eso siempre lo he agradecido.

S.E: ¿Creéis que la serie ha contribuido a cambiar la perspectiva de muchos espectadores sobre las relaciones entre adolescentes gays?
Javier: Sin duda. Lo sé por todos los que me escriben. Aunque las cosas han cambiado más en las grandes capitales. Al fin y al cabo, nosotros reflejábamos la realidad madrileña. A saber qué sigue pasando en los institutos de los pequeños pueblos perdidos... Me parece a mí que sigue habiendo mucha gente que piensa "yo respeto a los gays, siempre que los vea por televisión".
S.E: ¿Alguna vez os han faltado al respeto a vosotros por interpretar a dos gays en la serie?
Javier: Alguna vez me han llamado maricón. Pero han sido dos o tres veces, no más.
Adrián: Pues mi experiencia ha sido distinta. Alguna vez me han preguntado si yo era gay y al decir que no, me han felicitado por mi trabajo. Pero la mayoría de los adolescentes que se han acercado a mí lo han hecho para insultarme: "¿Así que haces de gay, eh? ¡Maricón de mierda!". Con uno tuve una bronca gorda y acabé con la nariz rota. Suerte que, cuando he tratado con profesores y miembros de colectivos gays, te agradecen un montón el trabajo que has hecho.

RITMO DE LA NOCHE... MADRILEÑA
No es difícil encontrarse tanto a Javier como a Adrián disfrutando de la noche madrileña. Juntos o por separado, salen habitualmente de noche, y no por el hecho de ser populares, con lo que conlleva, se cortan. Adrián además tiene intereses profesionales puestos en la escena de clubs, dado que poco a poco se ha ido introduciendo en la música de baile. Lejos quedan los tiempos de Santa Justa Klan, el grupo teen del que formó parte en su momento junto a compañeros de Los Serrano. Ahora está muy interesado en el house, y prepara un álbum que comenzará a dar a conocer muy pronto, en el MADO Madrid Orgullo. No se olvidará, seguro, del tema Ready, que firmó junto a Josepo hace un año -la noche antes de nuestra entrevista lo estuvo interpretando en Kapital, una de las discotecas del centro en donde no es difícil tropezarse con él-.
A Javier, de vez en cuando te lo puedes encontrar pinchando junto a su amigo Pepino Marino, fotógrafo, en clubs indies como Ocho y medio o en sesiones como Es una fieshta! "Pero yo no tengo ni idea de pinchar", puntualiza. "Por eso si pongo música es en fiestas que organizan amigos. Que a mí me parece muy divertida, pero claro, no todo el mundo la entiende". Porque Javier es de esos DJs amateurs que ponen lo que gusta, y que no se cortan a la hora de petardear desde una cabina si el ambiente es propicio para el desmelene. Lleva tiempo sin pinchar, aunque seguro que ahora que pasa por una etapa más ociosa se volverá a animar.

S.E: Ya era hora de dejar el instituto de Física o Química, ¿no?
Adrián: Pues sí. En el Zurbarán hemos vivido toda una vida. Mi madre disfrutaba, siempre le ha gustado verme con mochila [risas]. Me decía "Ay mi niño, ¡otra vez en el colegio!". Como no era muy buen estudiante que digamos...
Javier: Tenía ganas de un cambio desde hace tiempo, y las caras se habían ido renovando poco a poco porque era necesario. Pero yo necesitaba que la historia de Fer tuviese un final, no quería irme sin más.
S.E: ¿Planes a la vista?
Javier: Se me ha caído una obra de teatro que tenía buena pinta, pero hay otras cosas por ahí. Nada del todo seguro, eso sí.
Adrián: Yo ahora voy a poder centrarme en la música otra vez. Estoy preparando un disco que me voy a autoeditar, y quiero ir sacando temas poco a poco. La música te aporta cosas distintas a la interpretación, y está bien ir alternando.
Javier: Es un momento interesante. No sabes bien qué te va a venir y eso hace que esta nueva etapa que iniciamos los dos resulte muy atractiva.

El Madrid de Javier y Adrián
Han sido compañeros de serie y a la vez amigos. Ahora puede que ya no compartan plató en una temporada, pero seguirán saliendo juntos y disfrutando de la vida en Madrid. Descubramos algunos de sus rincones y actividades favoritos para sacarle el mejor partido a la capital.
* Un rincón. Adrián: El restaurante Malacatín (C/Ruda, 5). De vez en cuando vamos un montón de compañeros de la serie a comernos un cocido. Me encanta que si te lo comes todo, dicen que te invitan, ¡pero es que es imposible terminárselo! Javier: La calle Velarde. Me parece preciosa, está llena de tiendas de ropa vintage. Siempre que puedo me la recorro de compras.
* Un barrio por descubrir. Adrián: Huertas. Tenía ganas de conocerla mejor y desde que vivo en Santa Ana estoy encantado, mola mucho. Javier: La Latina. He ido a tomar cañas, a comer, a cenar, pero tengo la sensación de que me faltan muchos rincones por descubrir. Empezando por el Rastro. Nunca me he pasado un día entero allí.
* Un sitio donde sea fácil encontrarte. Adrián: En la discoteca Kapital (C/Atocha, 125). Javier: En la Fnac de Callao.
* Una sala de Madrid en la que os gustaría trabajar. Adrián: En cualquiera en la que pueda presentar mis canciones. Javier: Me encantaría actuar en el teatro Español.
* Un bar. Adrián: El Karrakela (Avda. de Burgos, 28). Está justo debajo de mi antigua casa. Se come de maravilla, y las especialidades de su cocina son navarras, como los karrakelas, unos caracoles típicos. Javier: El Rincón, en la plaza Juan Pujol.
* Un club. Adrián/Javier: Charada (C/de la Bola, 13).
* Un local de ambiente gay. Javier: Fulanita de tal (Conde de Xiquena, 2).
* Un plan para el Orgullo. Adrián: Actuar. ¡Y lo voy a hacer! Javier: Ir a ver actuar a Adrián y subirme el día del desfile en la carroza de Shangay.

No hay comentarios:

Publicar un comentario